de un irse de sí mismo a su recuerdo más azul, más hondo, más eterno... recuerdo que estabas hecha de recuerdos. escuchábamos arrastrarse lentamente el silencio acercarse en la premura del verde. brota y nace púa. lazo de almizcle que enreda la vaina de cardomomo. debí hablarte del engaño de las miradas sinceras viajando en la dirección de mi miedo. del humo que al ensueño presta sus espirales. y las horas sin término de una lenta caricia; y el alma que se agobia con su propia delicia como lirio que muere vertiendo su nectario. entonces, alargamos las manos, palpamos la carne deseada, nos la quedamos, y no queremos otro reino. pienso a veces que el mar es la nostalgia de lo que siempre está: nostalgia de nostalgia. pasajera del eterno sabor de tu mirada esmeralda/ amante de palabras.
se balancea en el arpa eléctrica de morfeo. en los adentros –en la cueva donde el eco le acompaña los silencios–. el pájaro no sabe que hasta que deje de mover sus alas y caiga por los siglos de los círculos –un paso marcará el origen y el destino de un abrazo infinito–. sí, allí está el arpa y los adentros. también están caídos los colibríes eléctricos en su destino volado. porque eso eres tú. algo que está.
–los insectos bailan tumbados.
la diferencia es que escribo con el destino de cada uno de los hombres, de los hombres que tú ignoras. viviré solo para que exista la posibilidad del sí y la del no. yo soy en un punto suelo y abismo. a veces pienso en las cosas cómo están quietas.
soy todo menos la palabra de los hombres. por eso dije un día que eras tu cuerpo, y llenaba. mi forma de admirar al mundo consistió en domesticarlo, emplazándolo a algo cerrado, mío, imperturbable. algo que pudiera llevar conmigo y redundara. sin embargo y para mi sorpresa no ha ocurrido nada. nada redunda domesticado. yo reinaré por los signos de los signos. nací aquí, vértebra a vértebra, en el silencio. y fui niño.
desde que somos diálogo, sí, lo confieso, es solo la coartada para no salir culpable en el juicio de mi conciencia y en el de las montañas ajenas. yo le vengo bien a mis propósitos, contándome ficciones. me regalo al mundo desde que somos diálogo en los campos semánticos.