viernes, 18 de mayo de 2012

gracias por esas palabras que nunca han sido dichas.




bailar en un centímetro cuadrado 
–ignorando que lo malo 
es lo nuevo bueno–.
tomarás conciencia del mundo.
creerás otra vez en dios
–esa extraña bestia que se come al pájaro que se agita–
así como antes creías 
en tu cuerpo y en las naciones unidas del placer.


en el apogeo –cuando la sensualidad es consecuencia del amor– 
la palabra es el único pájaro 

que puede ser igual a su ausencia.
y estarás llena de moral, con tu norte,
así como antes estabas llena de mí. el más humano humano.


–la carne, carne quiere, nada puede oponerse (áusias march).


a la deriva, las brújulas señalan uno solo de sus hilos,
también el sónar del delfín. 
pero la ausencia necesita otros
 
para que tú seas destino de aire.
voy a beber la copa del sosiego, 
como en una carrera de osos perezosos.


el destino es de aire para el paseante.
que no sabe cómo envolver un bombón
alzado en una flaneante burbuja 
de mercurio.


¿quién siembra paz en el ambiente
para elevar un brindis de ternura
por el dulce recuerdo –entre yo y mañana– de todos mis amigos?


un whisky con iceberg.












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